jueves, 22 de noviembre de 2012

La necesidad de que vuelva el tren


Si algo anunció el gobierno entrerriano con bombos y platillos, es el retorno de la circulación de los trenes por la provincia.
Sin embargo, un asqueroso negociado entre la empresa ferroviaria de cargas América Latina Logística (ALL), los Cirigliano (TBA), el Sindicato “La Fraternidad” y el gobierno nacional, volvieron a dejar sin trenes a las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones, dado que ya no circula más el Gran Capitán, esa formación que partía desde Lacroze y llegaba hasta Posadas, cruzando toda la Mesopotamia.
Es imperioso, una necesidad de vital importancia que el Estado pueda construir y sostener un servicio ferroviario que asegure calidad y acceso masivo.
Actualmente el corredor de la Mesopotamia quedó en una situación que en materia ferroviaria se puede decir que es tierra de nadie, justamente porque el gran desertor es el Estado nacional y los tres Estados provinciales (Entre Ríos, Corrientes y Misiones). Así se llegó al peor de todos los escenarios: simplemente no hay más trenes. Parecieran que son los mejores alumnos de la década de los ´90.
Los gobernadores de la Mesopotamia han demostrado hasta el momento incapacidad absoluta para sumar sus voluntades y gestionar entre todos que vuelva a transitar El Gran Capitán. Sea por temores a los reproches de los funcionarios nacionales, sea por obediencia debida de una infantil concepción de lealtad partidaria, lo cierto es que los pueblos han quedado nuevamente abandonados a la vera de las vías.
Además de recuperar el servicio del tren de pasajeros entre Federico Lacroze y Posadas (pasando por Entre Ríos) es necesario que se recuperen las vías y puentes del recorrido y se pongan en valor varias Estaciones ferroviarias.
No son reclamos nuevos, sino eternos que siempre han intentado ser escuchados a lo largo del ramal.
No se puede soslayar la importancia social, económica y cultural que significan los servicios de trenes de pasajeros y de cargas.
Llevar adelante estas gestiones será una forma de pedir respeto por el federalismo tantas veces declamado y tan pocas veces cumplido.
Los gobernantes, especialmente los de provincias, deberían tomar conciencia de que el ferrocarril es un derecho de millones de argentinos y no un espacio a manera de coto de ganancias para unos pocos ni tampoco es un coto para engordar a las burocracias sindicales.
La presencia de una estación de trenes en un pueblo es el reflejo vivo de la historia de muchos entrerrianos. Es más, muchas localidades nacieron y crecieron al ritmo del ferrocarril. Entre Ríos no puede darse el lujo de no contar con ese rodamiento, tanto para cargas como pasajeros. Para muchos entrerrianos, es el medio más accesible y en otros casos el único posible para recorrer las distancias y encontrarse con sus afectos.
Se necesita una decisión política madura y en defensa del interés general. Confeccionar contratos de servicios claros y transparentes y fundamentalmente tener vocación política para restaurar la injusticia que están atravesando docenas y docenas de pueblos a los que se los vuelve a clausurar por falta de trenes.


Fuente: El Argentino

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