martes, 30 de octubre de 2012

Los saqueos que lastiman


SOLAMENTE LA falta total de conciencia, desaprensión y respeto pueden ayudar a explicar la decisión de la empresa FerroExpreso Pampeano de retirar uno de los tramos del complejo de siete puentes ferroviarios levantados hace más de un siglo por el ferrocarril Rosario-Puerto Belgrano.

     LA NOVEDAD fue dada a conocer por este diario en su edición del pasado 9 de octubre, a partir del llamado de un conocedor del tema que pasó por cercanías de la estación Paso Mayor y detectó la falta de la estructura metálica que sostenía el primer tramo de la vía que permitía el cruce sobre el río Sauce Grande.
   
     EL COMPLEJO ingenieril es parte de una obra emblemática de nuestra región, parte del ferrocarril construido con el aporte de varios grupos empresarios --la mayoría de capitales franceses-- que a principios del siglo pasado consideraron favorable unir con los rieles el puerto rosarino con un muelle en la zona de Puerto Belgrano.

     PRUEBA DEL valor referencial de esta obra es que, por gestión del exsenador del GEN Roberto Molini, la misma fue declarada bien cultural de relevancia provincial, por lo cual se encuentra protegida por una ley que impide cualquier intervención sobre la misma.

     CONCESIONADO desde 1991 a la empresa FerroExpreso Pampeano, por alguna razón desconocida, un tramo del conjunto ha sido retirado del lugar, quedando únicamente los pilares ladrilleros que lo sostenían. La maniobra, que no tuvo testigos ni avisos, debió ser realizada mediante una estudiada operación que incluyó alguna máquina pesada y al menos un camión de porte.

     SI BIEN son trascendidos, la posibilidad de que la empresa proceda al retiro del resto de los tramos no aparece como descabellada, ya que, se menciona, los necesitan para parchar otros tramos de la traza en operatividad.

     NO ES novedad en nuestra región que los bienes ferroviarios sean desguazados, vandalizados y agredidos de manera repetida, sin que ningún organismo estatal tome debida intervención en la cuestión, no ya generando mecanismos que permitan anticipar esas conductas, sino que tampoco adopta las medidas para castigar o exigir posteriores reparaciones.

     LAS AGRESIONES a los galpones del exmercado Victoria, el retiro de las señales del anillo vial que rodea el macrocentro bahiense y el abandono de la estación Spurr son algunas muestras que dan cuenta de este accionar. Es hora de disponer medidas que sirvan para proteger y preservar estos bienes, que son mucho más que hierros centenarios: son obras de arte, bienes culturales, patrimonio de todos a los cuales ningún antojadizo debiera afectar.

Nota editorial La Nueva Provincia

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