miércoles, 27 de junio de 2012

Pasajeros de ultratumba

La sociedad cordobesa no sale todavía de su estupor por el supuesto fenómeno paranormal que cotidianamente involucraría a las formaciones del Tren de las Sierras. La sociedad cordobesa no sale todavía de su estupor por el supuesto fenómeno paranormal que cotidianamente involucraría a las formaciones del Tren de las Sierras, luego de que la empresa concesionaria revelara que desde que comenzó a operar el servicio transportó la friolera de 2.390.012 pasajeros.

 “En general, la gente que ve pasar al Tren de las Sierras desiste de saludar a las formaciones con las manos o con pañuelos porque advierte (desalentada) que los vagones siempre van vacíos o semivacíos. ¿Cómo se explica entonces esta cifra tan abultada de pasajeros? Muy sencillo: son fantasmas y, como tales, invisibles”, explica el investigador de lo paranormal Harry Poltergeist.

El experto sostiene que a diferencia de lo que muchos creen, es bastante común que los espíritus utilicen medios de transporte masivo, tal como quedó probado en la película Ghost, la sombra del amor , en uno de cuyos pasajes el espectro protagonista se encuentra con un fantasma errante que vaga en los vagones del subterráneo de Nueva York. Claro que el caso del Tren de las Sierras implicaría un auténtico contingente de millones de espíritus viajeros, en lo que constituiría un fenómeno único en su tipo. “Estaríamos frente a un cambio de paradigma: en lugar del clásico tren fantasma estaríamos hablando de un tren con fantasmas”, considera Poltergeist. Pese a la solidez de los argumentos de su colega, Juan Carlos Casper, otro especialista en el tema, sostiene que el Tren de las Sierras sería una versión sobre rieles de “El holandés errante”, un célebre barco fantasma condenado a navegar sin rumbo por los mares con una tripulación de espectros, “claro que sin subsidios del gobierno de Holanda, porque no brinda ningún servicio”, aclara. Para Casper, este tema (el de los subsidios) es una prueba contundente de la inmaterialidad del pasaje. “Los fantasmas, gracias al don de la invisibilidad y capacidad para atravesar las puertas, no sólo no pagan boleto sino que además pasan inadvertidos para los guardas. Esta circunstancia torna antieconómico el servicio, que lógicamente debe recibir millones de pesos en subsidios del Estado para poder mantenerse”, explica. Precisamente, la ventaja de no abonar los boletos es lo que explicaría por qué los coches desbordan de espectros, de los cuales sólo 120 viajan sentados y otros cientos parados.

Desde una postura más economicista, el experto sostiene que sería importante desde el punto de vista estadístico que Ferrocentral, la empresa concesionaria, discriminara entre los pasajeros de carne y hueso (es decir del mundo de los vivos) y los del inframundo, para “tener una noción clara del impacto económico” que implica transportar espíritus. Queda flotando el interrogante sobre cómo hace Ferrocentral para determinar tan detalladamente la cantidad de pasajeros, cuando la inmensa mayoría son inmateriales. “La seriedad de las empresas que se han hecho cargo de los ferrocarriles en la Argentina desde los 90 hasta ahora, por caso las que operan los trenes del conurbano, impide pensar que la cifra de 2.300.000 pasajeros sea antojadiza. Es evidente que la empresa dispone de un equipo de médiums que gracias a sus capacidades extrasensoriales contabiliza los espíritus de los coches”, agrega Casper. La noticia, sin embargo, generó inquietud en los pasajeros terrenales que utilizan con regularidad el servicio. “Normalmente viajaba sola en el vagón, pero siempre con una extraña sensación de que estaba rodeada de mucha gente, pensé que era por efecto de los medicamentos que tomo para la tiroides, pero ahora me entero de que en realidad estaba rodeada de espectros. Incluso una vez la cartera se abrió aparentemente sola y me sacaron la billetera, seguramente fue un fantasma punga”, afirmó Cecilia F., habitual pasajera del tren. Respecto a si seguirá usando el tren después de estas inquietantes revelaciones, Cecilia afirmó que lo sigue utilizando pero con un poco de impresión, y reclamó que la empresa realice los exorcismos que sean necesarios para viajar con más tranquilidad. De todos modos, consideró que al menos los espectrales polizones ferroviarios son espíritus y no zombis, criaturas que “son sumamente agresivas, se alimentan de carne humana y tienen un aliento terrible”. De la Pelada de la Cañada a los fantasmas del Tren de las Sierras, la Córdoba paranormal mantiene su vigencia.

Fuente: La Voz del interior

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