martes, 23 de agosto de 2011

Esa increible sensacion

Es increíble esta sensación ,de ver como a mi plaza de juegos le ponen un alambrado, no se que es peor , si tener una pared que simplemente no me permita el paso, o un alambrado que te permite ver todos tus sueños, tu recuerdos, una vida que llevaste atrapada en una jaula de metal, 14 años que piso esos terrenos, 14 años de sábados y comidas hasta las 4 de la mañana, 14 años de poder tener un lugar a donde escaparme, salir de los problemas cotidianos y poder rodearme de toda esta pasión que muchos llevamos.
Agradezco a ese lugar, al que me hizo conocer a mis mejores amigos, al que me hizo vivir cosas increíbles, el que me supo dar muchos momentos de felicidad.
Me doy cuenta que perdimos el tiempo, con peleas absurdas, con diferentes formas de pensar que nos separaron, si al fin y al cabo, ahora estamos todos tomados de la mano, con la misma sensación de impotencia, sin saber que pasara mañana, solamente mirar hacia adelante e intentar recordar, no es simplemente un terreno ferroviario donde se desempeña ferroclub, es la historia de cada uno, que con un poco de aporte fue escribiendo el libro de su vida.
Más doloroso es que me pase por segunda vez, recordar como de chico iba a caminar por el costado de la vía, y ahora te separa un cartel que dice propiedad privada. Fue difícil ver como poco a poco crecían las paredes perimetrales, no nos dábamos cuenta que nos estaban encerrado de apoco, de una día para el otro, se abrió la puerta, poco a poco empezaron a entrar los agrimensores, que doloroso es ver como delante de uno mismo, le van prohibiendo la entrada. Cada estaca que se clavo en el suelo, se la clavaron en el pecho a los socios del club, muchos lo tomábamos con gracias al ver como intentaban clavarla sobre un durmiente, pero en el fondo cada martillazo, cada centímetro que se hundía ese fierro, era un golpe al corazón.



Por Rodrigo Ramos, miembro del Ferroclub Argentino, CDP Lynch

1 comentario:

  1. Reflexiones dolorosas. Me adhiero, hace años solía en mis caminatas llegarme hasta la estación, y mirar los vagones... Más de una vez pensé acercarme al Ferroclub, pero lo fui dejando...

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