lunes, 23 de mayo de 2011

Feliz por el retorno del tren que le dio vida a Añatuya

Con la clausura del ferrocarril, en Añatuya, como en todos los pueblos por donde pasaba el tren, muchas personas perdieron su fuente laboral. Algunos tuvieron la suerte de acogerse al beneficio de la jubilación, pero otros con menos años de servicio tuvieron que tomar un nuevo camino, tal es el caso de Jorge Rubén Coria, que cuando se produjo el cierre del ramal del Belgrano tenía ya 23 años de servicio pero no tenía edad suficiente para jubilarse.
Coria instaló un taller en un galponcito donde solían guardar herramientas del ferrocarril, lugar que es como su segundo hogar, donde pasa gran parte del día trabajando, pero también añorando aquella Añatuya floreciente de máquinas, vagones y obreros ferroviarios, que recorrían el extenso playón.
En diálogo con EL LIBERAL, Coria expresó: “Sería muy bueno para nuestra ciudad esta reactivación. Añatuya con el ferrocarril estuvo muy bien en todos los aspectos. Yo trabajé 23 años en la cuadrilla, en los talleres, como motorista, en el auto de vía y era también chofer de calle. Conozco gran parte del trayecto del ramal Belgrano”. “Aquí –añadió- donde tengo mi taller era el lugar donde guardábamos la soldadura de aluminio térmica, que soldaba los rieles y también las zorritas de los inspectores de vía. A mí me faltan dos años para jubilarme, tengo mi trabajo aquí y también una beca como músico de la banda municipal, y leyendo esto de la reactivación del ramal me puso muy contento. La juventud podrá tener trabajo aquí en la zona”.

Fuente: El Liberal

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