lunes, 27 de octubre de 2008

La topadora del Viti y el tren de los ferroviarios

Friccionan los proyectos de abrir la ciudad este-oeste; el replanteo del transporte público; la “Nueva Ciudad” en Puerto Madero y el retorno del tren, del ferro-tranvía y la estación. Falta liderazgo político que integre un proyecto único para la gran ciudad.
26/10/2008 La topadora del Viti Fayad calienta de nuevo los motores, para emprenderla otra vez contra el viejo paredón de la calle Perú (donde se puede leer con letras rojas: “Fayad, basta de destruir capital ferroviario”). El intendente insiste en abrir hacia el oeste la calle Godoy Cruz y ahora volvió a avanzar hacia el otro confín. Antes lo habían parado los gremios ferroviarios y los brasileños de la ALL, concesionarios del tren de cargas y de los talleres del baldío.

Pero una nota del Onabe nacional -propietario de los terrenos- le expresó el viernes al Viti que “no hay objeciones con la apertura y que la obra no contradice el proyecto urbanístico que está en marcha para los terrenos ferroviarios”. Un mes atrás, un Foro de vecinos, ONGs, técnicos de la UNCuyo, del Colegio de Arquitectos, del Cricyt y de los gremios ferroviarios (La Unión Ferroviaria y La Fraternidad), se juntaron en la Universidad y comenzaron a armar un frente.

Intentan oponerse al proyecto de urbanización y parquización de las 36 hectáreas, que se extienden desde calle Las Heras y Belgrano, hasta los fondos del Trole. No contra la apertura de la calle, por cierto: quieren gestar un proyecto consensuado y alternativo, para eso que algunos identifican como “Puerto Madero”.

Es un proyecto de urbanización que ronda varios despachos y fruto de un acuerdo del Onabe con la Sociedad Puerto Madero (del gobierno nacional y de la Ciudad de Buenos Aires) y la Municipalidad de Cicchitti. Fueron protagonistas del rescate de los galpones y basurales del viejo Puerto Madero, en la Capital Federal, que pasó de refugio de bandidos, a ser uno de los lugares más paquetes y un cuantioso negocio inmobiliario.

El tren moderno. El lunes los gremios ferroviarios organizaron un Seminario en el Bustelo, por el retorno del tren de pasajeros. No es nostalgia: “Apoyamos las políticas nacionales para reconstruir el tren, moderno y como estrategia social, ambiental y de transporte público de pasajeros”, explican (“El mundo sigue esa tendencia. Y si no, miren a Europa”, se entusiasman).

Vino un pope de la historia gremial y de la política regional: Florentino Cortez, hoy secretario de Previsión de la Unión Ferroviaria. “Ni bala, ni chatarra. Proponemos trenes rápidos, dignos, modernos, que integren el transporte multimodal en grandes estaciones, que unan ciudades, el interior y países vecinos.

El mayor costo es el servicio que no se presta, el que se abandonó en los ’90”, propuso el lunes. Cortez ve fantasmas que operan contra el retorno del tren y la industria ferroviaria, que “se niegan a competir por la carga, que hoy les es exclusiva”: las cámaras, sindicatos del transporte y concesionarios carreteros.

Para Mendoza, esto implica el tren de Alta Prestación entre Retiro y la Estación Mendoza (congelado ahora por la crisis financiera mundial). Significa también definir cómo y por dónde correrá el Ferrocarril Urbano y Suburbano en el Gran Mendoza (o Ferro Tranvía, como lo denominó Cobos, que licitó 2 veces el tendido, con otras tantas frustraciones).

Y los apoyos a la vieja aspiración del tren Trasandino, para cuando Argentina y Chile decidan sobre el Gran Túnel del Sur (también en el freezer por la crisis mundial).

El lunes debía estar en el Seminario Antonio Luna, cuyano, ex ferroviario de Palmira, hoy subsecretario de Transporte Ferroviario. Su ausencia no es un detalle menor: debía aclarar si los trenes entrarían al Gran Mendoza “por atrás” (es decir de Buena Nueva a Panquehua, por Corralitos, Lagunita y Campo Espejo), eludiendo el centro y calle Belgrano).

O si en cambio -como presionan sobre De Vido los gremios ferroviarios- deberá entrar a la ciudad como antes, es decir por la línea tradicional de San Martín, Maipú, Godoy Cruz, calle Belgrano, hasta una nueva Estación Terminal de Belgrano y Las Heras.

Los ferroviarios admiten que la antigua red de vías debe integrar el proyecto del tren urbano o Ferro Tranvía (es un tren en definitiva).

Pero Luna no apareció por el Seminario.

El Foro y la III Fundación. El nuevo Foro -técnico y vecinal- quiere tener que ver en el diseño de lo que el Viti Fayad llama “la III Fundación de la Ciudad”.

Ya hubo un movimiento parecido: el que abortó un proyecto de Ley de Uso del Suelo -que hasta consiguió media sanción por impulso de variados intereses- y gestó un nuevo producto consensuado.

Este nuevo punch se opone al proyecto de la Sociedad Puerto Madero -elaborado por el estudio Álvarez y Asociados, de Buenos Aires, impulsado por una concesión irrevocable sobre las 37 hectáreas, terrenos nacionales, concedida por Puerto Madero y la Onabe a nivel del súper ministro Julio De Vido.

El Foro objeta la concepción de prioridad inmobiliaria del proyecto, de poca previsión ambientalista, y huelen negocios gruesos detrás de la relación Nación-anterior gestión municipal capitalina y entusiasmados grupos inmobiliarios de Mendoza.

“En la Municipalidad actual no hay compromiso formal con ese proyecto. Veremos uno que se ajuste a nuestras resoluciones y al Código Urbano de la Ciudad, que va a ver la altura, los espacios verdes y los porcentajes de espacios para uno y otro fin. No voy a bancar un barrio cerrado en ese lugar, pero quiero uno que prestigie la ciudad, que integre el desarrollo urbano con el paso de las calles este-oeste. Que nos devuelva valor y escenario digno para vivir.

Hoy eso es un baldío sucio, que divide la ciudad y ahuyenta a los vecinos. De la Capital huye la gente que paga tasas e impuestos y vienen los ‘ocupa’ que me dejan sólo costos y miedos. Yo quiero que la gente vuelva a tener ganas de vivir en una ciudad moderna, digna, segura.

Por eso quiero abrir Godoy Cruz hacia el oeste, vender terrenos, propiciar nuevos emprendimientos y ordenar el asunto de los vendedores ambulantes o los artesanos”, dijo el Viti, enfático, apasionado y con bronca.

Ya estaba preparado el sábado para cometer de nuevo contra el paredón de la calle Perú, buscando paso hacia el oeste. Cuenta con el OK de la Onabe nacional (“Y de De Vido”, agrega) e imagina arreglo con ferroviarios y brasileños (los de la ALL). “Dividen la ciudad en dos pedazos y yo la voy a integrar”, promete el Viti. Los ferroviarios están en guardia, claro.

“No pasarán”. En la Muni no quieren ni oír hablar del Tren de Alta Prestación ni de los Tranvías Férreos circulando por calle Belgrano. Menos aún de una Gran Terminal Multimodal en la vieja estación de Las Heras y Belgrano.

Habrá ruidos, claro: los ferroviarios y algunos del gobierno provincial sostienen que “las grandes ciudades del mundo meten al tren adentro, como solución ambiental, social, de transporte público y de descongestionamiento por el auto” (convocan la imagen de Madrid, Roma, Londres, París, Zurich, donde hay trenes, tranvías y subterráneos integrados en fantásticas terminales, en medio de sus ciudades).

“Hay que definir una ciudad para la gente o para el auto”, plantean en el Barrio Cívico, pensando en su deuda con el transporte público. “No van a pasar por ahí, que lo propongan subterráneo o por arriba, pero no me van a cortar el flujo de comunicación entre el oeste y el centro”, amenaza el Viti.

En el gobierno local vuelven a la carga con el Ferro Tranvía (Jaque se dispone a reiniciar el proceso licitatorio), que prevé el ingreso por calle Belgrano, desde el sur, viniendo en etapas de Maipú, Godoy Cruz, Luján y luego, por el norte, desde Las Heras hacia la Estación Terminal).

Se viene la discusión de Puerto Madero, del retorno del tren, de los sueños del Ferro Tranvía Urbano y del transporte público. En realidad, es un tema único: una ciudad que invite a ser vivida, un transporte que haga dejar el auto en casa, otro ambiente para disfrutar. Otra vida, otra ciudad. Eso requiere liderazgo político que integre estas disputas y una estos eslabones en una estrategia provincial.

Fuente: Los Andes

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