lunes, 25 de febrero de 2008

Trenes bala o Represas Hidroelectricas

Instalar Trenes Bala entre Buenos Aires y algunas importantes ciudades de nuestro país parece una buena idea a primera vista, especialmente si la miramos fuera de contexto.Mejorar las comunicaciones deficientes que tenemos en la actualidad, es un buen proyecto, sin embargo, para los que sufrimos las penurias de tener que viajar en El Gran Capitán, estos proyectos nos parecen faraónicos y, preferiríamos proyectos menos ambiciosos y más útiles para los sufridos usuarios del ferrocarril.

Muchas voces se han alzado criticando ese proyecto por lo que, la señora presidenta lo ha defendido usando una antiquísima técnica de gobernar que es descalificar al que no piensa igual.Cuando en uno de los actos, leyó textualmente los comentarios agoreros que se hicieron en la década del 90 contra el proyecto de Puerto Madero, comentando con sorna, cómo se equivocaron los que lo criticaban, se olvida que también se criticó la idea de trasladar la capital a Viedma o la de construir una base para cohetes en Córdoba que nos llevaría a Europa en pocas horas y, esos proyectos fueron inviables.
El análisis que puede hacer el periodismo de los actos de gobierno o mejor dicho, en este caso, de los proyectos que puedan ser viables o no, no son otra cosa que el derecho de expresarse, que se debe ejercer, porque si no lo hacemos después no tenemos derecho a quejarnos.Los gobiernos de turno se sienten atacados, heridos, en su "incontrovertible certeza" de que no están por cometer un error que nos puede costar muchos millones a los argentinos, y que, además, cuando ellos ya no estén, seguiremos pagando esos monumentales préstamos que se solicitaran para realizar las obras.
Ahora bien, criticar solamente es muy poco efectivo, la crítica, especialmente si es bien intencionada, debe ir acompañada de las posibles sugerencias sobre qué y cómo se deberían hacerse las cosas.A diario leemos o vemos, en los medios de comunicación, noticias sobre los problemas energéticos que estamos enfrentando los que se agudizarán en los próximos meses y, más aún en años venideros.
Nuestra pregunta es: ¿No será mejor dejar en suspenso, al menos por ahora, el fantástico proyecto de los trenes bala, con todo su espejismo de desarrollo y modernidad, para dedicarnos, como nos aconsejara hace muchos años el pensador español Ortega y Gasset : "argentinos a las cosas"?Acá, muy cerca, tenemos grandes proyectos hidroeléctricos que ni siquiera fueron mencionados en el discurso de nuestra presidenta, referido al problema energético, a pocos días de asumir la presidencia.Tal vez sus asesores entienden que ahorrando luz por los medios que se propusieron, aunque esté comprobado que muy poco ahorro se puede lograr de esa manera, sea suficiente para suplir la escasez que se avecina.
La Argentina que queremos, grande, moderna, con una distribución equitativa de la riqueza, solo será posible creciendo auténticamente y en forma sustentable, todos los proyectos que se basen en gastar indebidamente, comprometiendo el futuro, con dudosos retornos de la inversión, deben ser descartados.Los grandes proyectos hidroeléctricos del NEA deben ser prioritarios porque generarán la energía que se necesita, a un bajo costo ambiental y con un enorme potencial económico para esta postergada región.Saber escuchar es una hermosa virtud, saber enderezar el rumbo es una invalorable virtud de los estadistas.
Encerrarse en las propias ideas sin analizar todas las implicancias no solo es irreflexivo sino que puede ser temerario.En la difícil tarea de gobernar, no pueden, los dirigentes, permitirse esa actitud.Por todo esto proponemos pensar bien las propuestas y concretar en primer lugar las importantes, las que pueden dar más rédito, no dejandose encandilar por los deslumbrantes faros de un tren bala que algún día será realidad, pero no todavía….Por eso volvemos a repetir: "argentinos a las cosas" pero a las cosas importantes.

Fuente: Carlota Macchiavelli (Escritora-Rosario) enCarta de Lectores del diario "El Territorio" de Misiones.

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